Cassandre, ícono del cartel publicitario

La semana pasada publiqué un breve artículo promocionando la tipografía Cassanet, creada en honor a Cassandre, un gran diseñador francés de origen ucranianio que con su particular estilo dio lugar al cartel contemporáneo. Hagamos un poco de historia y conozcan a este ícono del diseño gráfico.

Adolphe Jean-Marie Mouron, mejor conocido como Cassandre, nació en Kharkov en Ucrania en 1901. Siendo joven, se mudó a París para estudiar en la École des Beaux-Arts y en la Académie Julian. En esa época los carteles impresos como medio publicitario estaban explotando su potencial en las calles, lo que le permitió a Cassandre una oportunidad de trabajar en una casa impresora parisina.

En sus obras se puede observar la influencia de las vanguardias artísticas de la época de entreguerras del siglo XX, como el cubismo, el purismo de Le Corbusier, e incluso el futurismo con los recursos gráficos líneas cinéticas y sensación de velocidad.

Uno de sus legados en el desarrollo y evolución del cartel, fue el de crear gráficas y mensajes tan precisos para que fueran captados fácilmente por automovilistas en movimiento, además, también introdujo el empleo de carteles en serie colocados en un mismo lugar para proyectar un mensaje de una manera atractiva y efectiva. El ejemplo puede verse en uno de sus trabajos más representativos para el vino Dubonnet:

Lamentablemente después de pasar la Segunda Guerra Mundial, comenzó a padecer de intensas depresiones que lo llevaron finalmente a su suicidio en 1968. Dejando un legado invaluable de gráfica e ideas que marcaron toda una época y que definió lo que actualmente es el cartel publicitario.

“Es difícil determinar cual es el lugar que le corresponde al cartel entre las artes pictóricas. Unos lo consideran una rama más de la pintura, lo cual es erróneo, otros lo colocan entre las artes decorativas y en mi opinión están igualmente equivocados.

El cartel no es pintura ni decorado teatral, sino algo diferente aunque a veces utilice los medios de uno u otro.

El cartel exige la renuncia del artista a firmar su personalidad. Si lo hace rompe las reglas del juego. La pintura es un fin en sí misma, mientras que el cartel es un medio para un fin, un medio de comunicación entre el anunciante y el público, semejante a un telegrama. El cartelista desempeña la labor de operador de telégrafos.

En consecuencia emite y transmite un mensaje que no debe contener, información detallada. Únicamente se exige de él que establezca una clara, poderosa siempre y precisa comunicación”

“Un buen cartel, es un buen telegrama”

Sitio Web: cassandre.fr


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