Diez cosas que he aprendido

Milton Glasser es toda una personalidad en el mundo del diseño. El creador de la campaña mundialmente conocida de “I Love New York” comparte para nosotros una serie de cosas que ha aprendido en su carrera como diseñador, y que ciertamente conviene que tomemos en cuenta si queremos ser no sólo mejores diseñadores, si no mejores personas.

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1. Sòlo puedes trabajar para la gente que te agrada.

Esta es una curiosa regla y me llevó mucho tiempo aprenderla porque, de hecho, al principio de mi práctica sentía lo opuesto. El profesionalismo requería que no te gustara particularmente la persona para quien trabajabas o al menos mantenía una relación distante con ellos, lo que significaba que nunca tuve un almuerzo con un cliente o que conviviera socialmente con ellos. Después, hace algunos años me di cuenta de que lo opuesto era la verdad.

Descubrí que todo el trabajo que había hecho que era útil y significativo venían de una relación afectiva con un cliente. Y no estoy hablando sobre profesionalismo; estoy hablando de afecto. Estoy hablando sobre un cliente y tu compartiendo un ambiente común. De ese modo tu visión de la vida es de alguna manera congruente con el cliente, de otro modo es una amarga batalla sin esperanzas.

2. Si tienes opción, nunca tengas un trabajo.

Una noche estaba sentado en mi carro afuera de la Universidad de Columbia donde mi esposa Shirley estaba estudiando Antropología. Mientras estaba esperando escuchaba la radio y oí a un entrevistador preguntar “Ahora que has alcanzado los 75 años, tienes algún aviso para nuestra audiencia sobre como prepararte para tu vejez?”. Una voz irritada dijo “¿Por qué todos me preguntan sobre la vejez estos días?” Reconocí la voz de John Cage. Estoy seguro de que la mayoría de ustedes saben quien fue él – el compositor y filósofo que influenció a gente como Jasper Johns y Merce Cunningham así como a la música del mundo en general. Supe de él ligeramente y admiré su contribución a nuestros tiempos. “Tu sabes, conozco cómo prepararme para la vejez” dijo. “Nunca tengas un trabajo, porque si tienes trabajo algún día alguien te lo arrebatará y después no estarás preparado para tu vejez. Para mí, siempre ha sido lo mismo desde que tenía la edad de 12. Me levanto en las mañanas y trato de figurarme ¿cómo voy a traer pan a la mesa hoy? Es lo mismo a los 75, me levanto todas las mañanas y pienso ¿cómo voy a traer pan a la mesa este día? Estoy excesivamente bien preparado para mi vejez” él dijo.

3. Algunas personas son tóxicas, evítalas.

Éste es un subtexto del número uno. En los años 60 hubo un hombre llamado Fritz Perls quien era un terapeuta de la gestalt. La terapia Gestalt deviene de la historia del arte, propone que debes entender el “todo” antes de que puedas entender los detalles. Lo que tienes que observar es la cultura entera, la familia completa y la comunidad, y así consecutivamente. Perls proponía que en todas las relaciones la gente puede ser tóxica o nutritiva para con el otro. No es necesariamente cierto que la misma persona será tóxica o nutritiva en todas las relaciones, pero la combinación de cualquier par de personas en una relación tiene consecuencias tóxicas o nutritivas.

Y lo importante que puedo decirles es que hay una prueba para determinar si alguien es tóxico o nutritivo en tu relación con ellos. Aquí esta la prueba: Has pasado algo de tiempo con esta persona, ya sea que hayas ido por un trago o a cenar o a un juego de pelota. No importa mucho, pero al final de ese tiempo tu observas si estás con más energía o con menos energía. Ya sea que te sientas cansado o que estés regocijado. Si te sientes más cansado entonces has sido envenenado. Si tienes más energía entonces has sido nutrido. La prueba es prácticamente infalible y sugiero que la uses por el resto de tu vida.

4. El profesionalismo no es suficiente o lo buenoes el enemigo de lo grandioso.

Tempranamente en mi carrera yo quería ser profesional, esa era mi aspiración completa en mi vida temprana porque los profesionales parecían saber todo -sin mencionar que les pagaban por ello. Después descubrí después de trabajar un tiempo que el profesionalismo en sí mismo era una limitación. Después de todo, lo que el profesionalismo significa en la mayoría de los casos es disminuir riesgos.

Entonces si tu quieres componer tu carro, vas con un mecánico que sabe como lidiar con los problemas de transmisión del mismo modo cada vez. Supongo que si necesitas una cirugía cerebral no querrías que el doctor tonteara por ahí y que inventara una nueva manera de conectar las terminales de tus nervios. Por favor hazlo en el modo que ha funcionado en el pasado.

Desafortunadamente en nuestro campo, lo tan llamado “creativo” — odio esa palabra por que se ha usurpado tantas veces. También odio el hecho que sea usado como un sustantivo. ¿Puedes imaginarte llamando a alguien creativo? De cualquier manera, cuando tu estas haciendo algo en un modo recurrente para disminuir los riesgos o haciendo algo del mismo modo que has hecho antes, es claramente el porqué el profesionalismo no es suficiente. Después de todo, lo que se requiere en nuestro campo más que nadie, es la continua transgresión. El profesionalismo no permite eso porque la transgresión tiene que abarcar la posibilidad de fallar y si tu eres profesional, tu instinto no es fallar, es repetir el éxito. Entonces el profesionalismo como una aspiración de por vida es una meta limitada.

5. Menos no es necesariamente más.

Siendo un hijo del modernismo, escuché este mantra toda mi vida. Menos es más. Una mañana al levantarme me di cuenta de que era una absoluta incoherencia, es una propuesta absurda y también completamente sin sentido. Pero suena genial porque contiene con ella una paradoja que es resistente al entendimiento. Pero ésta simplemente no lo consigue cuando piensas en la historia visual del mundo. Si tu miras un tapete persa, no puedes decir que menos es màs porque te das cuenta que cada parte de ese tapete, cada cambio de color, cada variaciòn en forma es absolutamente esencial para el éxito estético.

No puedes probarme que un tapete azul sólido es en algún modo superior. Esto también aplica para el trabajo de Gaudi, miniaturas persas, art nouveau y todo lo demás. Sin embargo, tengo una alternativa para la proposición que creo es más apropiada.
“Sólo lo suficiente es más.”

6. El estilo no es de fiar.

Creo que esta idea me ocurrió por primera vez cuando estaba buscando un maravilloso aguafuerte de un toro de Picasso. Era una ilustración para una historia de Balzac llamada “La Obra Maestra Escondida”. Estoy seguro que todos ustedes la conocen. Es un toro que es representado en doce diferentes estilos yendo de una muy naturalista versión de un toro hasta una absolutamente reducida línea simple abstracta y todo lo demàs en el camino.

Lo que quedaba claro tan sólo mirando a esta impresión es que el estilo es irrelevante. En cada uno de estos casos, desde la abstracción extrema hasta el preciso naturalismo son extraordinarias , independientemente del estilo. Es absurdo ser leal a un estilo. Eso no merece tu lealtad. Tu debes decir que para los viejos profesionales del diseño es un problema porque el campo está dirigido por consideraciones económicas más que cualquier cosa.

El cambio de estilo está usualmente ligado a factores económicos, como todos ustedes que han leído Marx. También la fatiga ocurre cuando la gente ve muchas veces las mismas cosas muy frecuentemente. Así que cada diez años hay un cambio estilístico y las cosas se hacen para verse diferente. Las tipografías van y vienen en el estilo y el sistema visual varía un poco. Si yu estas envuelto por un largo tiempo como diseñador, tu tienes un problema esencial de que hacer. Quiero decir, después de todo, tu has desarrollado un vocabulario, una forma que es tuya. Es uno de los modos que tu distingues de tu persona desde tus compañeros, y estableces tu identidad en el campo.

El cómo mantener tu propio sistema de creencias y preferencias se vuelve un real acto de balance. La cuestión de si perseguir el cambio o si mantienes tu forma propia se vuelve difícil. Todos hemos visto el trabajo de practicantes ilustres que de repente se ven old-fashion, o de modo más preciso, perteneciendo a otro momento en el tiempo. Y éstas son historias tristes como la de Cassandre, podría decirse que el más grandioso diseñador gráfico del siglo veinte, quien no pudo ganarse la vida al final de ésta y cometió suicidio.

Pero el punto es que cualquiera que está en esto a el largo plazo tiene que decidir cómo responder a los cambios en el zeitgeist (espíritu de la época). ¿Qué es lo que esta gente espera ahora que anteriormente no quisieran? Y la forma de responder a ese deseo de una manera que no cambie su sentido de integridad y propósito.

7. El modo en que vives cambia tu cerebro.

El cerebro es el órgano más responsivo del cuerpo. De hecho es el órgano más susceptible al cambio y la regeneración que todos los órganos en el cuerpo. Tuve un amigo llamado Gerald Edelman quien fue un gran estudioso de los estudios del cerebro y dijo que la analogía de un cerebro a una computadora es patético. El cerebro es de hecho más como un jardín demasiado grande que está constantemente creciendo y lanzando semillas, regenerándose una y otra vez. Y el cree que el cerebro es susceptible, en una manera que no estamos completamente conscientes de, a casi toda experiencia en nuestra vida y todo encuentro que tenemos. Estaba fascinado por la historia en un periódico hace unos años sobre la búsqueda del tono perfecto.

Ustedes saben que ciertas personas escuchan una nota precisamente y son capaces de replicarlo al tono exacto. Algunas personas tienen un tono relevante; el tono perfecto es raro incluso entre músicos. Los científicos descubrieron — no se cómo — que entre la gente con el tono perfecto el cerebro era diferente. Ciertos lóbulos del cerebro habían experimentado algún cambio o deformación que siempre se había presentado con aquellos que tenían el tono perfecto. Esto era lo suficientemente interesante en sí mismo. Pero después ellos descubrieron algo incluso más fascinante. Si tomas un grupo de niños y les enseñas a tocar el violin a la edad de 4 o 5 años, después de un par de años algunos de ellos desarrollan el tono perfecto, y en todos los casos sus estructuras cerebrales habían cambiado.

Bueno, que podría significar esto para el resto de nosotros? Tendemos a creer que la mente afecta el cuerpo y el cuerpo afecta la mente, aunque nosotros generalmente no creemos que todo lo que hacemos afecta el cerebro. Estoy convencido que si alguien quisiera gritarme desde el otro lado de la calle, mi cerebro quedaría afectado y mi vida podría cambiar. Esto es porque tu madre siempre te dice, “No salgas con esos niños malos”. Mamá estaba en lo cierto. El pensamiento cambia nuestra vida y nuestro comportamieno. Yo también creo que el dibujo trabaja de la misma manera. Soy un gran aficionado del dibujo, no en el orden de volverme un ilustrador, sino porque creo que el dibujo cambia el cerebro del mismo modo que al buscar crear la nota correcta cambia el cerebro de un violinista. Dibujar también te vuelve atento. Te hace poner atención a lo que estás mirando, lo cual no es fácil.

8. La duda es mejor que la certeza.

Todos siempre hablan sobre la confianza de creer en lo que haces. Recuerdo una vez al ir a clases de yoga donde el maestro dijo que, espiritualmente hablando, si tu creías que habías alcanzado la iluminación entonces sólo habías llegado a tu límite. Yo creo que esto es también verdad en un sentido práctico. Sostener creencias profundamente de cualquier tipo te previene de estar abierto a la experiencia, lo cual es el porque yo encuentro todas las posiciones ideológicas firmemente sostenidas cuestionables. Me pone nervioso cuando alguien cree tan profundamente o en demasía.

Yo creo que ser escéptico y cuestionar toda profunda creencia es esencial. Por supuesto nosotros debemos saber la diferencia entre escepticismo y cinismo porque el cinismo es tanto una restricción de la propia apertura al mundo como lo es una creencia apasionada. Son como gemelas. Y entonces en un modo muy real, resolver cualquier problema es más importante que estar en lo correcto. Hay un sentimiento significativo de justicia propia tanto en el mundo del arte y del diseño. Quizas comienza en la escuela. La escuela de arte por lo regular inicia con el model Ayn Rand de la personalidad única resistiendo las ideas de la cultura envolvente. La teorìa del Avant Garde es que como un individuo tu puedes transformar el mundo, lo cual es cierto hasta cierto punto. Uno de los signos de un ego dañado es la certeza absoluta.

Las escuelas alientan la idea de no comprometerse y defender tu trabajo a toda costa. Bueno, el problema en el trabajo es usualmente sobre la naturaleza del compromiso. Tu sólo tienes que saber a que comprometerte. La búsqueda ciega de tus propios fines, que excluye la posibilidad de que otros pueden tener razón, no tiene en cuenta el hecho de que en el diseño siempre estamos tratando con una tríada – el cliente, el público y tu.

Idealmente, hacer que todos ganen a través de actos de alojamiento es conveniente Pero la justicia propia es frecuentemente el enemigo. La justicia propia y el narcicismo generalmente viene de algún tipo de trauma de la infancia, al que no tenemos que examinar. Es una dificultad consistente en los asuntos humanos. Hace algunos años leí una cosa muy notable sobre el amor, esto también aplica a la naturaleza de la co-existencia con otros. Era una cita de Irir Murdoch en su obituario. Leí “El amor es la realización extremadamente difícil de que algo distinto de uno mismo es real”.

¡No es esto fantástico! La mejor percepción sobre el tema de amor que uno se pueda imaginar.

9. Sobre el envejecimiento.

El año pasado alguien me dio un encantador libro de Roger Rosenblatt llamado “Envejecer con gracia” que tuve en mi cumpleaños. No aprecié el título en ese tiempo pero contiene una serie de reglas para envejecer con gracia. La primera regla es la mejor. La regla número uno es que “no importa”. “No importa lo que pienses. Sigue esta regla y te agregará décadas a tu vida. No importa si llegas tarde o temprano, si tu estás aquí o allá, si dijiste algo o no, si tu eres inteligente o si fuiste estúpido. Si estás teniendo un mal día con tu peinado o no, o si tu jefe te mira torcido o su novio o novia te mira torcido, si está torcido. Si tu no conseguiste el ascenso o premio o casa o si tu — no importa”. Sabiduría al fin.

Entonces escuché un chiste maravilloso que parecía relacionarse con la regla número 10. Un carnicero estaba abriendo su mercado una mañana y mientras lo hacía un conejo asomó su cabeza a través de la puerta. El carnicero estaba sorprendido cuando el conejo le preguntó “¿Tienes repollo?”. El carnicero dijo “Este es un mercado — vendemos carne, no vegetales”. El conejo bajó de un salto. El siguiente día el carnicero estaba abriendo la tienda y seguro que el conejo aparece su ronda la cabeza y dice “¿Tienes repollo?”. El carnicero ahora irritado dijo “Escucha pequeño roedor, te dije ayer que vendo carne, no vendo vegetales y la próxima vez que vengas aquí, te voy a agarrarte por el cuello y clavar esas orejas caídas al suelo”. El conejo desapareció precipitadamente y no pasó nada durante una semana. Entonces, una mañana el conejo asomó su cabeza por la esquina y dijo ‘¿Tienes algún clavo?’ El carnicero dijo: “No”. El conejo dijo “Ok. Tiene repollo?”

10. Di la verdad.

El chiste del conejo es relevante cuando me ocurre que buscando por un repollo en la carnicería sería como buscar por la ética en el campo del diseño. Puede que no sea el lugar más obvio para buscar tanto. Es interesante observar que en el nuevo código de ética de AIGA hay una cantidad significativa de información útil sobre el comportamiento adecuado hacia los clientes y otros diseñadores, pero ni una palabra acerca de la relación de un diseñador para el público. Esperamos que un carnicero nos venda carne comestible y no tergiversar sus mercancías.

Recuerdo haber leído que durante los años de Stalin en Rusia todo lo que era etiqueta como vacuno era en realidad el pollo. No puedo imaginar que todo lo etiquetado era pollo. Podemos aceptar ciertos tipos de mal interpretación, como esquivar acerca de la cantidad de grasa en su hamburguesa, pero una vez en la carnicería a sabiendas que nos vende carne podrida nos vamos a otra parte. Como diseñador, ¿tenemos menos responsabilidad hacia nuestro público como el carnicero? Todo un mundo interesado en licenciar nuestro campo puede señalar que la concesión de licencias que ha sido inventado, es para proteger al público no a los diseñadores o clientes. “No hagas daño” es una advertencia a los médicos sobre su relación con sus pacientes, no a sus compañeros de profesión o de las compañías farmacéuticas. Si tuviéramos licencia, decir la verdad podría ser más central a lo que hacemos.

Opinen y comenten!

P:D. un agradecimiento a Gabriel Volonte por la aportación de este gran documento.


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  • May

    Genial, un análisis fantástico del sentir de un gran diseñador. Gracias por seguir subiendo estos post Berny soy tu fansss!!

  • César

    Excelente información. Que por cierto se me hizo muy interesante su comentario con respecto al dibujo. Si, es cierto que el dibujo no es en si diseño gráfico, pero es un herramienta que como dice Milton Glaser, puede ayudarnos a ver las cosas detenidamente y a ampliar nuestro pensamiento. También me gustó mucho lo que comentó con respecto a la ética, aunque no sé si realemente podamos como diseñadores seguir siempre este punto de nuestro trabajo, después de todo somos los que diseñamos el material gráfico para promocionar productos o servicios que la gente no necesita.