La serena zona de donde debemos salir
Aunque algunos seamos entusiastas del diseño, la ilustración y todo lo que esto conlleva, existe un mundo afuera que sólo se lleva la primera impresión de lo que ve. Ya sea un dibujo a mano alzada o una ilustración diseñada en 3D, la gente siempre se queda con lo primero que ve y suele no investigar más allá de la persona que hay detrás de quien hizo esa imagen.
Por una parte es un poco desalentadora esta problemática pero a todo gran problema hay soluciones.
La serena zona de confort
Como lo mencioné, es un estado muy común en cualquier profesión, por lo que ninguno de nosotros está libre de poder lanzar la primera piedra.
¿De qué trata esta “serena” zona? En realidad, es un estado en el cual después de conseguir estabilidad, muchos deciden no atreverse a cambiar o ver más allá de esa línea recta que marca nuestra vidas. Por un lado, en un país como el que vivimos, encontrar estabilidad es uno de los retos más importantes con el que nos enfrentamos.
Cuando muchos de los ilustradores reconocidos comenzaron a hacer pequeños sketches, tenían claro que dibujar era lo suyo pero también que debían atreverse a hacer algo diferente y la única forma de hacerlo era salir de esa zona en donde se sabe la respuesta inmediata a una pregunta y mejor invitar una respuesta diferente y mejor.
Salir de la serena zona de confort no es el vivir al extremo todos los días de tu vida, sino atreverte a ser y hacer algo diferente.
Aunque este camino suene trillado y definitivamente complicado, la verdad es que lo es. Aún así, lo más importante es saber y pensar en algunos puntos antes de emprenderlo.
Primero, es importante preguntarse a uno mismo (si es que estás en los tiernos primeros pasos de tu carrera como diseñador) si realmente estás dispuesto a ser ilustrador (y uno de los buenos).
Alguna vez, en una conferencia tuve la experiencia de escuchar una pregunta de la cual agradezco hoy saber la respuesta. Los chicos de Golpeavisa (un importante estudio de diseño de Cancún) preguntaron si era fácil ser diseñador. En realidad, esta inocente criatura al igual que muchos participantes, dijeron que no. Los chicos de Golpeavisa respondieron que todos estábamos equivocados, es muy fácil ser diseñador, pero ser un BUEN diseñador es lo complicado.
Si decides dedicarle vida y alma a la ilustración o al diseño, ten por seguro que no te encontrarás una, si no un incontable número de avalanchas que tendrás que enfrentar y, aunque no te lo creas, saldrás victorioso.
Esto me lleva al segundo punto.
El estado mártir
A veces pareciera que muchos ilustradores y personas dedicadas al diseño u otros ambientes creativos, vivimos en el estado mártir. No hay duda de que estamos en un país donde las cosas son un poco más complicadas en cuanto a creatividad. Los grandes jefes de marketing están a veces más ocupados de cuanto les va a costar, pero en ese pensamiento aunque no lo creamos, los diseñadores también influyen, sobre todo por su actitud.
Cuando estás en la escena creativa, debes estar 100% seguro de lo que eres. La mayoría de los grandes tienen un gran talento que desarrollan porque saben muy en el fondo, que son los mejores.
Esto también implica conocer tus debilidades y cualidades. Uno no siempre puede hacerlo todo y si te vas a dedicar a ser multitask entonces, más vale que todo lo que dices hacer, lo hagas demasiado bien. Esto no quiere decir que saber hacer muchas cosas o especializarte en una sola sea malo o bueno, lo que si es siempre mejor estar seguro de lo que sabes hacer. Eso, al final te ayudará en poderle asegurar desde a un profesor de un colegio, hasta un cliente de una gran empresa, que lo que está viendo en ti no es un gasto, es una inversión.
En general ese pensamiento lleva a grandes y exitosos inicios, ya que las personas por su actitud tienen más posibilidades de ganar.
Bueno, ya tenemos las bases para empezar a sumar importantes pasos al camino que debes seguir para salir de tu serenidad disfrazada y llegar a ser uno de los diseñadores del que todo mundo hable.
Llevar las acciones a cabo
Después de que uno tiene claro lo que quiere ser, hay que pasar pronto al paso de qué se tiene que hacer. Hoy la realidad es un poco diferente a la de hace algunos años y una universidad muchas veces ya no te da las herramientas suficientes para colmar tus necesidades creativas, sin embargo dependiendo del camino que has elegido es proporcional a las herramientas que debes utilizar.
Hay que tener en claro que el aprendizaje es obligación de uno mismo. Uno puede ir a muchas universidades, cursos y diplomados, pero el tomar algo de lo que uno aprende y transformarlo en parte de lo que haces, es exclusivamente tu responsabilidad.
Aprender, es ir más allá. Su chiste no está en saber las cosas de memoria, sino tener la oportunidad de aplicarlo.
Atreverse se trata de hacer algo diferente y tener por seguro que es mejor hacerlo que quedarse con las ganas. Por lo que si después de aprender a ilustrar con acuarelas, te vuelves un master es preferible buscar retos donde puedas aplicar lo que aprendas.
Ya para ese entonces estarás un poco más lejos de tu serena zona y más cerca del gran paso y ese paso, no tiene fórmula más que la de dejar de tener miedo a hacer las cosas. Muchas veces uno, se enfoca más en situaciones que pueda resolver, que las que según uno no puede resolver. Es una realidad que todo lo que nos sucede, sobre todo los problemas o retos, están hechos a la medida de lo que podemos y sabemos hacer. Por lo que el último paso será decidirte.
Seguramente encontrarás muchos baches, problemas, situaciones, pero junto con ellos siempre debes tener la mente abierta al aprendizaje y a la creatividad. Es muy importante siempre mantener estos dos puntos en una balanza en donde ambos estén al mismo nivel. Una persona que aprenda de sus retos, es capaz de resolverlos con creatividad y viceversa.
Por lo tanto, no me queda más que desear que salgas de esa zona, confies en lo que eres y que mejor encuentres la serenidad en atreverte a hacer y ser algo o alguien único.
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