Las personas exitosas terminan lo que empiezan.

Buscar la perfección, ser indecisos y/o dejar las cosas para otro día son actitudes comunes que pueden convertir un proyecto en algo que parece imposible de acabar. Este artículo busca ayudarte a terminar y hacer más.

Successful people finish shit. Nunca se me va a olvidar esta frase, la comentó un colega en Facebook celebrando la liberación de un proyecto muy complicado que parecía no tener fin. La escuchó del socio principal del despacho e hizo eco en varias personas, incluyéndome. Y es muy cierto: La palabra éxito significa concluir o terminar un asunto.

Las personas exitosas terminan lo que empiezan.

¿Qué sería de muchos proyectos interesantes y reconocidos en Internet si sus creadores no pusieran gran énfasis en terminarlos? Simple, no podríamos conocerlos ni utilizarlos, solo quedarían en buenas intenciones. Google, por ejemplo, aunque mantiene muchos proyectos en fase ‘beta’, éstos cuentan con funciones definidas y desarrolladas que se liberan poco a poco, sin comprometer la experiencia de usuario.

Estoy diciendo obviedades, pero ¿qué pasa con nuestros proyectos personales, por ejemplo? ¿por qué no podemos terminarlos? Ese portafolio o proyecto web, aquella familia tipográfica o ilustración que quiere salir al mundo y ser apreciada por todos. Sigue escondida en aquella libreta, empolvándose o en esa carpeta que ya no es prioridad en tu Escritorio.

He detectado cuando menos cuatro cosas que nos dificultan a muchos el poder terminar un proyecto, cualquiera que sea. A veces, incluso se desencadenan en ese orden.

  • No ponerle una fecha límite para terminarlo. Cuando el proyecto es personal, no tengo a quien rendirle cuentas. Puedo dejarlo o cambiar la fecha de conclusión cada que me falte tiempo. Total, nadie más me exige terminarlo, solo yo.
  • Ser indeciso. Después de la fase creativa, al llevar un avance considerable, decido que quizá no es una buena idea terminar el proyecto e interrumpo el ciclo, comenzando una nueva fase creativa, incluso desde cero. No me gustaba lo que hacía, tenía dudas, o pensaba que no estaba a la altura de mis estándares, así que cuando por fin queda listo…
  • Cambiarlo y cambiarlo hasta que parezca perfecto para mí. Aún no estoy contento con el resultado, le falta una cosa por aquí, otra por allá, dos pixeles a la derecha, un gradiente más sutil. ¿Sabes qué? Borremos todo y comencemos de nuevo, esto ya no me gusta.
  • Dejarlo para otro día. Total, ya son las 3am, estoy cansado y nada de lo que he hecho me gusta. Más de 5 versiones al 85% y ninguna me convence al 100%. Mejor me voy a dormir.

Scott Belsky ilustra parte de este ciclo vicioso en el libro Making Ideas Happen, en forma de una meseta llamada “The Project Plateau”, donde la emoción de un proyecto se desvanece y comenzamos a sufrir por la gestión del proyecto. Para escapar de él, creamos una nueva idea más motivante y volvemos a empezar.

The Project Plateau, por Scott Belsky

Si no estamos alerta de este ciclo vicioso, podemos agotarnos, sentirnos mal y nunca terminar, además de perder valiosos recursos como nuestro tiempo y dinero.

¿Qué podemos hacer?

Hay muchos recursos en Internet y otros medios que podemos aprovechar, describo tres a continuación:

Making Ideas Happen es un libro que me ha ayudado a comprender más el proceso creativo de una forma más tangible y encontrar formas de sortear determinadas situaciones para terminar nuestros proyectos.

99u (antes The 99%) es el blog de Behance que acompaña este esfuerzo con un acervo muy completo de recursos, videos y artículos enfocados en temas como productividad, aprendizaje, proceso creativo y liderazgo. Entre este contenido, encontré hace tiempo una conferencia donde Rilla Alexander ilustra de una forma muy simple y genial lo que sucede a menudo con nuestro proceso creativo, les recomiendo tomarse unos minutos y ver el video a continuación:

The Done Manifiesto es un postulado de 13 puntos hecho en 20 minutos por Bre Pettis y Kio Stark que marcan límites específicos al proceso creativo.

The Done Manifiesto

Los parafraseo a continuación:

  • Hay tres estados del ser: No saber, actuar y acabar.
  • Todo es un boceto, acabémoslo.
  • No existe la fase de edición.
  • Si no sabes lo que harás, pretende que lo sabes, funcionará igual.
  • No lo dejes para otro día, si esperas más de una semana para acabar algo, déjalo.
  • El punto de acabar no es terminar sino continuar con algo más.
  • Cuando acabes, déjalo.
  • Ríete de la perfección, es aburrida y no te deja acabar.
  • Para acabar, hay que involucrarse, “ensuciarse las manos”.
  • Fallar cuenta como acabar, equivócate.
  • La destrucción es una variante de acabar.
  • Si tienes una idea y la publicas en internet, cuenta como un fantasma de acabar.
  • Acabar nos permite hacer más.

Asi, podemos continuar la lista de recomendaciones para conseguir la motivación que necesitamos para terminar las cosas. He conocido diversas fórmulas y aplicaciones, desde la técnica Pomodoro hasta anotar nuestros pendientes del día en una lista que quepa en un post-it y otras maniobras por el estilo.

Sin embargo hay un punto importante: Si no tenemos la fuerza de voluntad y el deseo de terminar lo que empezamos, no lo haremos. Ante todo, debe ser nuestro principal objetivo.

No importa si de momento no nos gusta (o pensamos que no les gustará a los demás) lo que hacemos, sufrimos los “gajes del oficio” o sentimos que ese proyecto se vuelve interminable. Nada es tan rico como terminar algo y poder presumirle al mundo que por fin lo hemos logrado y que vamos por más.

Y tu, ¿cómo lo has logrado? Compártelo con nosotros.


Te puede interesar

  • nela

    que excelente articulo! desde hoy soy tu seguidora!

  • Kikeardila

    Excelente! Me ayudara mucho he estado un poco bajo de ánimo, siempre dejo las cosas inconclusas

  • @LuisRojasMX

    Que gran artículo. felicidades. Definitivamente algo que tenemos que aprender, no se trata de solo hablar, sino hacer y terminar.

  • Lucas Farchetto

    Excelente articulo.
    Creo que uno de los puntos más importantes para terminar un proyecto es olvidarse de la perfección y cumplir con el objetivo del tiempo.
    Si la esencia de la idea sobrevive a eso, ya es un éxito personal.