¿Por qué me volví diseñador web?
Es interesante de vez en cuando recordar cómo es que has llegado hasta el punto donde te encuentras ahora. En este caso, quiero abordar parte de mi experiencia personal como una de las muchas historias de diseñadores gráficos que encontraron en la web su destino profesional.
Es un poco curioso la manera en que llegué al diseño web, fue prácticamente por accidente (y un poco por necesidad). Para esto habrá que remontarnos hasta mi etapa universitaria aproximadamente por el sexto semestre de mi carrera en diseño gráfico.
(Viajando por el tiempo)
Un poco del panorama en aquellos momentos
Digamos que era el típico estudiante que siempre sacaba prácticamente 10 en todo, que aunque a decir verdad, la carrera estaba realmente fácil, al menos en esos tiempos. El detalle está que aunque sacaba buenas calificaciones, pues realmente tenía una actitud muy poco apasionada hacia el diseño, me gustaba pero seguía asumiendo una actitud donde aprendía lo que veíamos en la escuela pero hasta ahí.
A esta altura de la facultad me empezaba a interesar más en el diseño editorial y aún no cursaba la materia de diseño web, y según yo, no quería trabajar en algo que tuviera que ver con web. Es más, ni siquiera tenía idea realmente de lo que era diseñar web. No me parecía muy interesante y no me interesaba en lo absoluto (pobre ingenuo de mi…)
¡Oh la necesidad del dinero!
Este fue el motor para buscar mi primer trabajo formal como diseñador, así empecé a buscar trabajo a tientas, sin un portafolio muy definido que digamos. Una maestra me recomendó con un amigo suyo, quien estaba buscando un practicante para hacer diseño web. No me pareció un pesar, mas bien fue un “ok, supongo que tendré qe aprenderlo”.
Cuando llegué como buen novato a esta empresa no sabía realmente mucho sobre las cosas prácticas de la vida y lo primero que recuerdo que hice fue una especie de flyer digital que era recortado y acomodado en tablas — aquí haré un paréntesis, en ese entonces creo que era 2007, así que se trabajaba mucho con tablas y flash, ni hablar, cosas de la vida —, llegué a hacer esto y editar un boletín hecho de tablas sobre tablas (lo peor que se puede hacer y mucho peor si lo pretendes enviar por mail) por algunas semanas como máquina. Sin saber exactamente por qué.

Este flyer no lo hice yo, pero es muy parecido a lo que estuve haciendo por muuuucho tiempo…
Cuando apenas le estaba agarrando la onda a las cosas se fue el chavo que me estaba instruyendo, dejándome a cargo de esta área diseño y web (área de una sola persona) y me aventuré a manejar las cosas por mi cuenta.
La revelación
Durante un tiempo estuve así, haciendo estos flyers en Photoshop, cortándolos, pegándolos en tablas, diseñando banners y subiéndolos a un portal donde se ponía toda esta publicidad. La verdad, todo esto estaba muy feo, no reticulaba, los clientes tenían imágenes muy pobres, poco texto y yo sólo entendía lo que le movía al HTML y nada más.
Un día, de repente, cansado de lo mismo me pregunté: “¿Acaso se puede hacer algo mejor?” “¿Habrá algo más?”…
Estas preguntas internas fueron los detonantes de todo, gracias a esta curiosidad comencé a buscar en Google cómo se podían hacer las cosas en HTML y así fue que di con el CSS… ¡oh glorioso CSS que me abrió las bellas puertas del armado de sitios web!
Fue a partir de ahí que investigué y leí en mis horas libres de trabajo con tal de aprender a diseñar usando este código, después de eso me di cuenta que todo lo que me habían enseñado en ese trabajo de web, estaba mal, pero tenía algo de remedio. En verdad que fue un proceso muy divertido para mí, empezaba a hacer experimentos y me daba cuenta que podía funcionar, y muy bien. De ahí conocí un poco más de Javascript y pues el CSS y HTML en general fueron relativamente sencillos de aprender.

Autorretrato representando la realidad de mi ser en el presente. El dibujo es del año pasado cuando aún no usaba lentes.
Al término de la facultad, rediseñé la página del Museo del Vidrio como parte del proyecto final de una materia. Y después de la graduación estuve 6 meses sin trabajo fijo, un poco desesperado la verdad.
En ese tiempo (2010), consumía muchos blogs de diseño, y dado que no tenía trabajo me pregunté… ¿Por qué no hacer un blog? Un año antes ya había visualizado un mini periódico de diseño llamado 25Horas, pero no pude producir obviamente. Así que retomé la idea pero para publicarlo en la web.
Gracias a este proyecto aprendí WordPress en 3 semanas, conseguí trabajo 2 semanas después de lanzarlo y bueno, hay una gran lista de bondades que me ha brindado 25Horas.
Epílogo
Y bueno, entre las muchas cosas que me convencieron de que podría diseñar web toda mi vida, me gustaría destacar dos al menos. La primera es que me obliga aprender cosas nuevas y no estancarse en lo que hago. Y en segunda, es que estoy en una profesión de vanguardía, donde se está de la mano con la tecnología y el futuro y uno forma parte de ello.
Es genial.
Espero que les haya gustado la historia, si ustedes tienen una anécdota parecida o alguna curiosidad que deseen compartir, ¡escriban su comentario!
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